El Grupo Alvorada tiene el programa de probióticos de Biocamp
11/07/2021Multirresistencia bacteriana: qué es y cómo evitarla en beneficio de la salud
11/08/2021Una de las bacterias más pequeñas que se encuentran en la naturaleza es el Mycoplasma gallisepticum, también conocido como MG. Infecta a las aves de forma horizontal, causando grandes pérdidas económicas en las granjas.
Esto se debe a que la bacteria entra fácilmente en el tracto respiratorio superior de las aves y provoca micoplasmosis, una enfermedad que afecta a los sistemas respiratorio y reproductivo, con pérdida de producción y calidad de los huevos.
En periodos secos y fríos como el invierno, las aves son más susceptibles de padecer problemas respiratorios, que pueden evolucionar a una condición crónica de la enfermedad.
Lo que hay que saber sobre Mycoplasma gallisepticum
MG es el acrónimo de Mycoplasma gallisepticum, una de las bacterias más pequeñas que existen en la naturaleza y que causa la micoplasmosis. El primer informe y descripción de la enfermedad en las aves se produjo tras un cuadro de neumonía en pavos en Inglaterra en 1905.
La transmisión puede ser por vía vertical u horizontal.
- Transmisión vertical: se produce de la reproducción a la progenie, a través de huevos fértiles contaminados.
- Transmisión horizontal: se produce del ave infectada o enferma a la sana.
La transmisión horizontal es la principal vía de diseminación de la enfermedad, y puede producirse a través de aerosoles, plumas e incluso por medio de equipos o personas. Así es como los lotes negativos pueden contaminarse por lotes positivos, y por eso son tan necesarias las medidas de aislamiento e higiene.
¿Cómo puedo saber si mi granja tiene Mycoplasma gallisepticum?
Los signos clínicos más fáciles de identificar son los relacionados con la afectación del sistema respiratorio: tos, estornudos, sinusitis, ronquidos, secreción nasal y dificultad para respirar.
Los signos que involucran al sistema reproductivo son más difíciles de visualizar, pero son los que afectan silenciosamente a la producción y calidad de la cáscara de los huevos.
La ayuda de un laboratorio de patología avícola es muy importante para diagnosticar la presencia de MG en las aves.
Los impactos de la micoplasmosis en la granja
La micoplasmosis causa grandes pérdidas económicas a las explotaciones al reducir la cantidad de huevos y empeorar la calidad de la cáscara. Hay una pérdida de 10 a 15 huevos por gallina alojada, al final del ciclo de producción, debido al aumento de huevos sin cáscara, con cáscara fina, agrietados y rotos – los llamados huevos de menor clasificación.
En este video, puede ver más detalles sobre cómo la MG desafía a los productores de huevos comerciales y cómo la vacunación es un fuerte aliado
Además, la enfermedad provoca lesiones en los sacos aéreos y facilita la instalación de otras patologías: enfermedad respiratoria crónica (ERC), E.coli, BI (Bronquitis), Coriza, Pasteurelosis, por ejemplo.
¿Qué hacer para proteger mi granja?
Existen dos formas de frenar la presencia y/o proliferación de Mycoplasma gallisepticum en las granjas. La primera es el uso de antibióticos, pero la acción es limitada, corta y superficial.
Esto se debe a que la MG es capaz de alojarse en lugares donde el medicamento no llega, los sacos de aire. El sitio es poco vascularizado y, por lo tanto, de bajo alcance de los antimicrobianos. Además, el uso frecuente e indiscriminado de antibióticos puede inducir el desarrollo de resistencia de las MG y otras bacterias a estos productos.
La segunda -y más eficaz- es la vacunación. Existen tres tipos de vacunas disponibles:
- Vacunas vivas atenuadas: cepas de MG naturalmente atenuadas que han sido aisladas en el campo y trabajadas para su uso como vacuna.
- Vacunas recombinantes vivas: las que contienen la inserción de parte de la estructura del MG en un vector viral vacunal.
- Vacunas inactivadas: el MG se inactiva y se coloca en un vehículo oleoso.
¿Qué vacuna utilizar en mi granja?
Está científicamente demostrado que la vacuna con la cepa F es la que mejor protege a las aves contra los desafíos de campo por Mycoplasma gallisepticum. Induce la protección de la mucosa traqueal, los sacos aéreos y el sistema reproductor, asegurando la productividad de las gallinas ponedoras.
En Biocamp, hemos desarrollado CampVac® MG-F para su uso en parvadas de ponedoras comerciales. La vacuna promueve la protección de la creación de la granja, con una disminución de los signos respiratorios y la estabilidad de la producción durante largos períodos.
Los mejores resultados se obtienen cuando la inmunización se administra preferentemente por vía ocular, con una o dos dosis en la fase de cría, entre las 5 y las 12 semanas de edad, antes de que los lotes se infecten. La vacuna también puede administrarse en spray, pero requiere un mayor cuidado en la aplicación. Debe evitarse la vía del agua potable.
Para controlar la micoplasmosis en las ponedoras comerciales, es esencial un programa de bioseguridad y la inmunización con CampVac® MG-F. De este modo, las aves se mantienen sanas, así como su productividad. ¡Hable con Biocamp!