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23/02/2022La calidad de los pollitos de engorde es un tema serio y es visto con gran preocupación por la agroindustria, ya que, incluso antes de nacer, estas aves ya están expuestas a diversos riesgos físicos y biológicos que pueden debilitar su salud, aumentar la mortalidad y traer importantes pérdidas económicas a lo largo de toda la cadena productiva.
Vale la pena recordar que la calidad en los pollos de engorde significa alta viabilidad, buena uniformidad, buena ganancia de peso y baja conversión alimenticia. Lo que deja en claro que mitigar los riesgos físicos y biológicos es determinante para la salud del negocio.
Pero en la práctica, ¿cómo podemos minimizarlos? ¿Cuáles son los principales puntos críticos que afectan el desarrollo temprano de las aves y que necesitan un seguimiento estrecho? De eso hablaremos a continuación.
Riesgos: físicos y biológicos
Cuando se trata de riesgos físicos, los principales son la deshidratación, el ombligo mal cicatrizado, los problemas de locomoción, los problemas de plumón, las malformaciones y los desniveles. Si bien son bastante relevantes y necesitan atención, en este artículo me enfocaré en temas relacionados con problemas biológicos, especialmente los causados por Enterobacteriaceae, que se encuentran entre las principales patologías que afectan la salud intestinal de los pollos de engorde.
Comprender los riesgos biológicos
Las contaminaciones más comunes son las causadas por Enterobacteriaceae, como Salmonella spp., Pseudomonas aeruginosa y, principalmente, Escherichia coli (APEC). Este último ha sido un problema actual para la mayoría de las empresas, ya que está involucrado en onfalitis, aerosaculitis, salpingitis, peritonitis, pericarditis y celulitis. Sin embargo, a pesar de su influencia directa, en la mayoría de los casos la E. coli patógena aviar no es el único agente infeccioso involucrado: es un patógeno oportunista.
Lo importante es entender que, independientemente de la Enterobacteria involucrada, la microbiota intestinal en equilibrio es fundamental para minimizar los problemas y controlar la contaminación causada por estos agentes. Además de contribuir al desarrollo futuro de los pollos de engorde.
Microbiota intestinal y su relación con la calidad del pollito
La microbiota intestinal está compuesta por microorganismos, especialmente bacterias, que habitan en el intestino de las aves y son responsables de la producción de energía, vitaminas, enzimas y realizan funciones esenciales para su salud y desempeño.
Como la microbiota no es estática, deben existir iniciativas que promuevan su equilibrio, es decir, mantener la eubiosis a lo largo de toda la cadena productiva. Esto significa que el cuidado comienza con la microbiota de la reproductora, para mitigar la transmisión vertical de bacterias patógenas.
Equilibrio de probióticos y microbiota
Entonces, ¿cómo trabajar para favorecer este equilibrio? Una de las alternativas es el uso de probióticos. Contribuyen a la formación de una microbiota equilibrada y, al mismo tiempo, estimulan el desarrollo y la maduración del sistema inmunitario específico innato y local (GALT), redundando en una mejor integridad intestinal de las aves.
Cuándo empezar: colonización temprana
La colonización intestinal de las aves debe comenzar en la planta de incubación con la aplicación de probióticos de exclusión competitiva vía spray, o con la inoculación “in ovo” de probióticos de múltiples cepas de ácido láctico, que también pueden aplicarse vía spray, poco después del nacimiento.
Esto favorecerá la formación intestinal y aumentará la protección frente a bacterias indeseables como las cepas patógenas de Escherichia coli (APEC), salmonellas paratifoideas y Clostridium perfringens, que pondrán en peligro la integridad intestinal.
En otras palabras: la colonización temprana es el punto de partida para las ganancias zootécnicas, estimulando el sistema inmunológico y dificultando la colonización de bacterias patógenas, que pueden estar presentes en el alimento, el agua, la cama y el entorno del ambiente de crianza de las aves.
Tras la colonización temprana, es importante mantener la microbiota intestinal en equilibrio durante toda la vida de las aves, mediante el uso continuado de probióticos y otros aditivos como ácidos orgánicos, prebióticos y aceites esenciales. Después de todo, las aves se enfrentan constantemente a patógenos que ponen en peligro la integridad intestinal y la rentabilidad comercial.