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18/04/2024Ante un escenario de alta volatilidad, que incluye cuestiones climáticas, geopolíticas, riesgos sanitarios y poder adquisitivo de la población, sería muy pretencioso de nuestra parte intentar predecir lo que ocurrirá con la avicultura industrial en Brasil, los países de nuestra región o el mundo en 2024.
Una de las formas más honestas que se nos ocurren es presentar algunos datos y cifras para que cada productor, empresario o técnico los interprete y analice.
A) Producción mundial de maíz y soya.
Veo el sector de producción de proteínas animales -uno de los pilares de la alimentación humana- como una industria que transforma la energía del sol acumulada en los cereales, principalmente en el maíz y la soya, mediante la fotosíntesis.
Las condiciones climáticas favorables para la agricultura brasileña en la cosecha 2022-2023 han garantizado una producción récord de granos – 322,8 millones de toneladas – según la CONAB (Compañía Nacional de Abastecimiento). Se espera un ligero descenso para la cosecha del período 2023-2024, no obstante, será la 2ª mayor cosecha producida, unos 317,5 millones de toneladas.
Dicho esto, podemos imaginar que, en función de la cosecha brasileña de cereales, no debería haber grandes cambios en los costes de producción, especialmente para las aves, los huevos y cerdos.
La Tabla 1 a continuación presenta un breve resumen de los datos de producción mundial de maíz y soya obtenidos de las fuentes citadas más adelante.
Tabla 1 – Producción estimada de maíz y soya (millones de toneladas) y número de habitantes, por País o Región.
- No resulta difícil darse cuenta de que la producción mundial de maíz y soya está muy concentrada; sólo cuatro países poseen aproximadamente dos tercios de la producción mundial de estos dos cereales.
- Otro aspecto destacado de la Figura 1 es la enorme variación en la disponibilidad de estos cereales para los habitantes de cada país. Matemáticamente, un ciudadano argentino dispone de 70 veces más de estos granos por habitante que un hindú.
- Quizá no sea casualidad que el consumo anual de carne per cápita de un ciudadano argentino sea de unos 115 kg, frente a los 7 kg de un hindú. (https://www.statista.com/).
- Otros cereales se producen en grandes volúmenes, unos 1.500 millones de toneladas al año (trigo, arroz, cebada, sorgo, avena, centeno), pero la mayoría se destinan directamente al consumo humano. (https://www.statista.com/statistics/263977/world-grain-production-by-type/).
- Brasil ocupa sólo el 7,6% de su territorio con la producción agrícola, el porcentaje más bajo entre los grandes productores mundiales. La mayoría de los países destinan entre el 20% y el 30% de su territorio a la agricultura. Los de la Unión Europea utilizan entre el 45% y el 65%. Los Estados Unidos el 18,3%; China el 17,7%; y la India el 60,5% (https://www.embrapa.br/busca-de-noticias/-/noticia/30972114/nasa-confirma-dados-da-embrapa-sobre-area-plantada-no-brasil).
Por supuesto, las exportaciones e importaciones desempeñan un rol clave en la distribución mundial tanto de cereales como de proteínas animales. Cualquier embargo o barrera económica, aduanera o no sanitaria castiga, principalmente, a la población de los países importadores, que se ven obligados a pagar más por decisiones exclusivamente políticas. Ricardo Santin, presidente de la ABPA (Asociación Brasileña de Proteína Animal) y presidente electo del IPC (International Poultry Council) aborda este asunto con objetividad en el artículo “¿Cómo sería el mundo sin las exportaciones?” (https://opresenterural.com.br/como-seria-um-mundo-sem-exportacoes/), cuya lectura les recomiendo a todos los interesados en el asunto.
Por lo tanto, el abastecimiento satisfactorio de cereales y proteínas animales consta de variables que deben tenerse siempre en cuenta, especialmente en el momento político y sanitario mundial actual, que puede cambiar, en cualquier momento, el rumbo de la producción, exportación y consumo de productos de origen animal.
B) Circulación de los virus de la influenza aviar altamente patógena (HPAIV) y de la influenza aviar de baja patogenicidad (LPAIV): son fantasmas que se ciernen sobre la avicultura mundial.
En las últimas décadas, la industria avícola mundial se ha visto afectada en oleadas cíclicas por las HPAIV y LPAIV.
En 2021, HPAIV, A/H5 (clado 2.3.4.4b) fue introducida en América del Norte por aves salvajes, extendiéndose a América Latina en 2022 y 2023. La infección en aves silvestres migratorias y locales ha causado múltiples episodios en la cría de especies domésticas. Estos virus siguen diversificándose y propagándose, afectando cada vez más a las explotaciones avícolas industriales. La circulación del virus generó diferentes muestras, con signos clínicos variables. Las mutaciones indican adaptación a los mamíferos, pero no parecen transmitirse.
Hasta entonces, el hemisferio sur se había visto poco afectado. Desgraciadamente, durante el período 2022-2023, América del Sur fue azotada por una muestra viral muy patógena que mató aves marinas, aves salvajes locales, aves de producción no comercial, aves industriales e incluso mamíferos marinos.
La Figura 1 muestra la actualización epidemiológica Brotes de Influenza Aviar (H5N1, clado 2.3.4.4b) en la Región de las Américas, así como la evolución de estos casos en el bienio 2022-2023.
Figura 1 – Brotes de IAAP y rutas de migración principales de aves salvajes. Región de las Américas, diciembre 2022 al 4 de agosto de 2023
Para hacer frente al problema, cada país de América Latina ha adoptado programas activos de vigilancia sanitaria, prevención y vacunación (algunos países), así como programas bien estructurados de bioseguridad, regionalización y compartimentación, recomendados por las organizaciones internacionales (OMS, FAO) y, principalmente, por sus organismos locales de sanidad animal.
A pesar de la aplicación de todas estas por parte de los productores, se han dado casos en la avicultura industrial de nuestro continente. Algunos países se han visto más afectados y otros aún no han sufrido casos en la avicultura industrial, como es el caso de Brasil.
Como era de esperar – las propiedades con aves de larga vida, como las ponedoras, alojadas en instalaciones abiertas con ventilación natural, sin redes de protección antipájaros, sin arcos de desinfección eficientes en la entrada, sin baños y/o cambios de uniforme y calzado para los empleados, sin rutas de circulación interna predeterminadas, sin capacitación de los empleados – tuvieron una mayor frecuencia de casos.
Como resultado, algunos países han visto una reducción significativa de sus poblaciones de ponedoras, con una reducción del suministro de huevos a los consumidores e incluso la necesidad de importar huevos comerciales. Por otro lado, algunos países han experimentado una mejora significativa en las exportaciones comerciales de huevos, como Brasil, cuyas exportaciones en 2023 aumentaron más de un 170%, no sólo a sus mercados tradicionales como Japón y Taiwán, sino también a nuevos mercados como Chile. Hace un año, cualquier predicción en este sentido se habría considerado «fantasiosa».
Tal vez por las mismas razones, en 2023 Brasil alcanzará un nuevo récord de exportaciones de carne de pollo, con aproximadamente 4,7 millones de toneladas exportadas a más de 150 países. Las exportaciones brasileñas tienen como objetivo para el año 2024 alcanzar 5 millones de toneladas de pollo “in natura” y procesados. Para ello, necesitamos el compromiso de las autoridades brasileñas de ampliar los acuerdos de regionalización y compartimentación con los importadores.
C) Economía y Política
El mundo sale debilitado de la pandemia SARS-CoV-2, lo que exige aumentos del gasto público y provoca un aumento de la deuda interna. Al mismo tiempo, el aumento de los tipos de interés en los países de la OCDE, la ralentización de economías clave como EE.UU. y China, junto con los persistentes conflictos armados en Europa y ahora en Medio Oriente, sin signos inmediatos de remitir, aumentan la preocupación por las posibles repercusiones en los precios de productos básicos como el petróleo y los cereales, ambos vinculados al transporte marítimo de mercancías, en algunos casos con embargos comerciales. Todos estos elementos ponen de manifiesto la incertidumbre del escenario económico mundial, lo que hace de 2024 un periodo de grandes expectativas económicas.
Consideraciones finales
Identificamos grandes oportunidades en la mejora del sistema de integración entre empresas y productores, así como diversas posibilidades de trabajo y ganancias en el modelo cooperativo, aún poco explotado en algunos mercados y regiones de Brasil, especialmente en distintos países de América Latina.
Elementos como la compra online, las franquicias en la agroindustria y los clubes de compra han demostrado ser modelos eficaces para transportar la producción, incluso en el sector de las proteínas animales, aprovechando rutas ya probadas.
Este escenario refuerza la determinación, siempre presente, de la industria de las proteínas animales de superar los retos acercándose al consumidor final mediante el innovador modelo D2C (Direct-to-Consumer), en el que las empresas productoras comercializan sus productos directamente a los consumidores, eliminando intermediarios como los minoristas, distribuidores o revendedores tradicionales.
Con la complejidad de los factores mencionados, un observador ajeno a nuestro mercado podría sentirse desorientado en sus previsiones.
Sin embargo, dada nuestra activa participación de 47 años en el panorama avícola, especialmente en Brasil y América Latina, nos atreveríamos a decir que seguimos siendo optimistas sobre los resultados para el año 2024.