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16/03/2021Vacunación: medida eficaz contra la tifoidea aviar
21/04/2021El calor en sudamérica es muy desafiante para los productores de huevo. Las gallinas ponedoras, animales cubiertos por plumas, disponen de pocos medios para adaptarse rápidamente a la temperatura elevada y a la humedad características de la época.
El calor intenso, cuando sobrepasa el límite de comodidad térmica, induce al ave a quedarse con el pico abierto y con dificultad respiratoria. Ella pasa a consumir más agua y menos alimento, lo que cambia su metabolismo y la lleva a la condición llamada de “estrés calórico”.
El resultado es la pérdida de productividad del lote y la inmunidad perjudicada de las aves. Cuando las células de defensa del ave ponedora están en bajo nivel, el aumento de la presión bacteriana hace que el ave se enferme y, como consecuencia, muera.
El índice de mortalidad, que inicialmente es discreto, empieza a aumentar, lo que indica que hay alguna enfermedad grave presente en el lote. Es generalmente en este escenario que la tifoidea aviar aparece en la granja.
¿Qué es la tifoidea aviar?
La tifoidea aviar es una enfermedad de gran importancia y motivo de atención a la avicultura de postura. Para hacernos una idea, se calcula que la tasa de mortalidad oscila entre el 40 y el 80% del plantel, lo que provoca grandes pérdidas económicas.
Es una enfermedad sistémica, septicemia aguda/crónica y devastadora, más común en aves adultas, pero que también acomete cualquier edad. Dado que el problema es recurrente, la atención sobre las medidas de seguimiento y control de la enfermedad debe ser constante.
Aunque el verano es la estación más favorable para la infección por el calor y la alta humedad, puede aparecer en cualquier momento del año y persistir durante meses en el lote.
La acción de la bacteria Salmonella Gallinarum
La tifoidea aviar es causada por la subespecie enterica sorovar Salmonella Gallinarum, siendo la vía fecal-oral el principal medio de infección. La bacteria Salmonella tiene dos clasificaciones: paratífica y tífica. Mientras el primer grupo no produce signos clínicos, tampoco lesiones, el segundo grupo (de la Salmonella Gallinarum) es preocupante en ponederas comerciales.
En ella, la bacteria es fagocitada primero por las células presentadoras de antígenos en los tejidos linfoides del intestino y luego «presentada» a los macrófagos, las células de elección en la defensa contra la Salmonella Gallinarum.
Es por medio del sistema retículo-endotelial que la bacteria tífica accede a los órganos secundarios, como el hígado y el bazo. Al multiplicarse, pueden ocurrir dos escenarios:
- células del sistema inmune controlan esa multiplicación y hacen que el ave se recupere;
- la multiplicación llega a la sangre del ave, se generaliza y ella muere.
La gravedad de la enfermedad depende de la dosis – variable según la edad de las aves. La enfermedad comienza en una parte de la granja y se extiende cuando las aves empiezan a picotear el cadáver del ave muerta.
Es decir, cuanto más tiempo permanezca el cadáver contaminado en el medio ambiente, mayor será la propagación del agente de la enfermedad.
Cuáles son los síntomas de la tifoidea aviar
Las aves afectadas por la tifoidea aviar dejan de alimentarse, se marchitan y postran, pueden presentar temblores en la cabeza y el cuello, y tienen diarrea de color amarillo-verdoso.
El diagnóstico de la tifoidea aviar se realiza sobre la base de los resultados clínicos, anatomopatológicos y de laboratorio. Y, aunque el cuadro de septicemia, es decir, la enfermedad afecta a varios órganos a la vez, aquellos en los que se observan más alteraciones son el hígado y el bazo.
Tienen mayor volumen, esfacelación y un color que va del amarillo al amarillo verdoso o al amarillo bronceado; el cambio de color es más fácil de ver cuando se expone a la luz solar. También se pueden encontrar manchas hemorrágicas y manchas blanco-amarillentas: las manchas necróticas.
El ovario puede congestionarse, la vesícula biliar distenderse, el pulmón con zonas blanquecinas y el corazón con zonas blanquecinas y manchas hemorrágicas y necróticas.
Gallinas blancas y ligeras son más resistentes
La tifoidea aviar afecta a las aves en general, siendo las gallinas, pavos y codornices los más susceptibles. Los signos clínicos y la mortalidad, sin embargo, varían según la coloración y peso de las aves. Lo que se observa es que en las aves de línea genética roja y en las de línea pesada y semipesada, la propensión a la mortalidad es mayor.
Pero eso no significa que los cuidados con aves blancas y ligeras no deben existir. Si el ave se contamina y muere, por la razón que sea, la Salmonella Gallinarum se disemina a través del cadáver y se convierte en una fuente de infección para otras aves.
Las reproductoras están en una situación más cerca de las aves de línea genética roja.
¿Hay tratamiento para tifoidea aviar?
El tratamiento con antibióticos reduce temporalmente la mortalidad, pero no elimina la bacteria del lote. Una vez contaminadas, las aves permanecen con la Salmonella Gallinarum y la enfermedad puede regresar en cualquier momento — generalmente en situaciones de estrés.
La bioseguridad, entonces, es una gran aliada en la preservación y control de un brote de tifoidea aviar. Con base en los principios de menor difusión posible de la bacteria dentro del ambiente, las principales medidas son:
- Control sistemático y persistente de insectos, ácaros y roedores;
- Programas de limpieza y desinfección en general;
- Restricción de entrada y cambio de flujo del acceso en los lotes infectados por la tifoidea aviar;
- Implantación de medidas que refuerzan la desinfección de los equipos y equipos de vacunación, mantenimiento, retirada de estiércol y otros que entran y salen de los galpones contaminados;
- Colocación de barreras sanitarias reforzadas con alcohol en gel y desinfectantes para las manos y las suelas de los zapatos;
- Retirar, lo antes posible, el ave muerta de la jaula y del galpón. Si se está muriendo, mejor quitarla antes de que muera. Siempre se recomienda manipular con asepsia y eliminar adecuadamente el ave o el cadáver; lo más indicado es que se incineren y no se desechen en fosas o compotas.
Como el cadáver juega un papel relevante en la diseminación, es necesario neutralizar esta fuente de infección. Es muy importante retirar con mayor frecuencia las aves muertas del galpón, de preferencia el mayor número de veces posible al día.
El cadáver debe estar protegido de insectos, animales salvajes, roedores, personas, animales domésticos, etc. El uso de cubos con tapa o bolsas de plástico ayuda a sellar los cadáveres hasta que se retiren del galpón.
Su tratamiento, sea por incineración, deshidratación, etc., se debe monitorear mediante examen bacteriológico para confirmar la eficiencia en la eliminación de la Salmonella Gallinarum. En la granja, es necesario limpiar y desinfectar el lugar donde estaba el ave enferma y observar las aves que estaban cerca, eliminándolos rápidamente, caso proceda.
Pero hay una iniciativa que debe alinearse con las medidas de bioseguridad y que ofrece a las aves una protección aún mayor contra la tifoidea aviar: la vacunación. Las vacunas vivas atenuadas con la cepa rugosa SG 9R estimulan el sistema inmunitario del ave para que produzca células de defensa y anticuerpos contra la bacteria Salmonella Gallinarum.