Bienestar animal en gallinas ponedoras: ¿por qué es importante estar atento?
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Entre 18°C y 24°C. Este es el rango de temperatura que se considera ideal para la producción avícola. Imagínese, entonces, lo que ocurre en épocas como la actual (verano), cuando algunas regiones del país se enfrentan a días calurosos con termómetros que alcanzan los 35°C. Es un hecho que las temperaturas por encima (o por debajo) de este nivel desencadenan en las aves mecanismos de termorregulación como forma de defensa. La cuestión es que esto puede acarrear graves problemas.
Por este motivo, el verano, un periodo de altas temperaturas y lluvias más frecuentes, es muy crítico y supone un reto para los técnicos y responsables de producción de las granjas de gallinas ponedoras. Las aves son muy sensibles a los picos de calor y no pueden soportar temperaturas extremas durante mucho
Estrés Térmico puede acarrear graves problemas
tiempo.
El principal efecto es el estrés térmico, que provoca una serie de consecuencias, como:
- Disminución del consumo de alimento y aumento de la ingesta de agua;
- Menor índice de crecimiento;
- Disminución de la producción de huevos;
- Mayor incidencia de huevos con cáscara fina;
- Aumento de enteritis;
- Aumento de la mortalidad;
- Pérdida de productividad de la granja;
- Menor rentabilidad.
Debido al estrés térmico, las aves son más propensas a padecer de enteritis como la Duodenitis Focal Necrotizante (DFN). Enfermedad a menudo silenciosa, está asociada a infecciones por las bacterias Clostridium perfringens y Clostridium colinum y tiene un gran impacto económico en las granjas.
El peso de los huevos disminuye aproximadamente entre 2,5 y 4 gramos y, por si fuera poco, puede tardar mucho tiempo en recuperar el peso estándar para la edad.
Entonces, ¿cómo pasar el verano sin que la producción y la rentabilidad se vean afectadas?
Evitar el estrés térmico y reducir las pérdidas económicas
Los galpones climatizados son herramientas eficaces para evitar el impacto de las altas temperaturas y mantener así una alta productividad. Cuando están bien planificados, proporcionan la disipación del calor corporal producido por las aves y de los gases producidos por la cama, mitigando los efectos térmicos estresantes.
En Brasil existen actualmente galpones aclimatados con presión negativa, con técnicas de refrigeración mediante placas evaporadoras. Sin embargo, a pesar del crecimiento de nuevos proyectos, esta estructura todavía no es común en la mayoría de las granjas brasileñas.
En estos casos, es posible adoptar medidas asociadas al bienestar animal que ayuden a mitigar el impacto del calor sobre las aves en galpones con ambientes no controlados. Vea cuáles son:
Cuidados en el manejo
Una atención reforzada y una actuación rápida en los manejos son requisitos necesarios para los gerentes, los técnicos y los empleados implicados en el cuidado de las aves.
Controlar la temperatura del galpón, mantener los tanques de agua de las aves en un lugar sombreado, tener ventiladores en el galpón y un sistema de nebulización son consejos de manejo que ayudan a disminuir el impacto del calor en las aves.
También es necesario observar el comportamiento de las aves, realizar flushing en la línea de los bebederos en los momentos más calurosos del día, proporcionando agua fresca y en abundancia, así como manteniendo el confort térmico en las zonas del recinto proporcionando zonas de sombra para las aves en libertad.
El objetivo de la ventilación en los galpones es mantener una velocidad de aire lo suficientemente alta o una temperatura en el galpón lo suficientemente baja para que las aves mantengan su temperatura corporal. Esto se debe a que la generación de calor por parte del ave, un aumento calórico en el ambiente debido al alto metabolismo corporal de la ponedora, es grande: cada ave genera un calor equivalente a una lámpara de 20 vatios. Esta es una preocupación importante, especialmente en galpones abiertos automatizados y con sistemas de jaulas verticales.
Pero, como la combinación de calor y humedad -típica del verano- puede ser fatal para las ponedoras comerciales, hay que prestarles atención. Durante el día, cuando hay más calor y menos humedad, se recomienda utilizar la ventilación y los aspersores en la medida de lo posible, y por la noche se debe evitar el uso de aspersores o nebulizadores. Además, en los días extremadamente calurosos, con temperaturas ambientales superiores a 35 °C, se recomienda rociar agua directamente sobre las aves para evitar un aumento de la mortalidad debido a la fatiga del sistema termorregulador de las aves.
Consejos de nutrición
Cuando están en su zona de confort térmico, las ponedoras respiran 25 veces por minuto. A medida que aumenta la temperatura, este número también se incrementa: puede llegar a 250 veces por minuto. Este jadeo es el intento del ave de perder calor mediante la respiración, ya que la cobertura de plumas lo dificulta y, en casos extremos, puede provocar la muerte del animal.
Esto ocurre porque el ave que jadea de esta manera elimina mucha agua y termina debilitada. La consecuencia se nota en la producción de huevos, que obtienen una cáscara mucho más fina de lo normal. Pero no es sólo agua lo que pierde el ave. Con el estrés calórico, la ingesta de alimento también disminuye, los niveles de calcio y fósforo bajan, lo que contribuye a la fragilidad de la cáscara de los huevos.
Cuando las aves jadean, pierden demasiado dióxido de carbono de sus pulmones y demasiados iones de bicarbonato. Por lo tanto, en esta época del año es habitual que los expertos en nutrición, con el fin de reducir el incremento de calorías y revisar los parámetros, orienten a la sustitución del 30% de la sal por bicarbonato sódico o, al menos, insertar suplementos y electrolitos en la dieta a través del agua de bebida.
También se recomiendan ajustes en los niveles nutricionales de las fórmulas de los alimentos para esta temporada, que deben ser recomendados por un nutricionista.
Los probióticos son un gran aliado en el combate y la prevención
Además del cuidado con el manejo de la temperatura y la humedad del ambiente de los galpones, la calidad del agua y la temperatura, uno de los puntos de atención debe ser el mantenimiento del equilibrio de la microbiota intestinal.
El uso de probióticos en estos periodos de estrés por altas variaciones de temperatura es un gran aliado para contribuir a la eubiosis (equilibrio) de la microbiota de las aves, preservar la integridad intestinal y evitar la pérdida de rendimiento de las aves.
Los probióticos preservan la integridad intestinal y mejoran la digestión y la absorción de los nutrientes del alimento. Al colonizar el intestino con bacterias beneficiosas, manteniendo y restaurando la microbiota de las aves, previenen enfermedades oportunistas como la enteritis, contribuyen a que no se pierda el rendimiento de las aves, ayudan a reducir el gasto innecesario en medicación y también contribuyen a la rentabilidad.
La producción de huevos alcanza los niveles esperados, es decir, con buena cáscara y tamaño. Dos probióticos indicados para este periodo de altas temperaturas son Colostrum® Mix y Colostrum® Bio21 Mix.
